martes, 21 de febrero de 2012

Avant premier

Quel-est le couleur de la nuit?
Regardez bien mon cheri...

Me miro en el espejo, y me reconozco la misma de siempre, pero a la vez toda diferente. Soy y a la vez ya no soy. He desaparecido de ese mundo, ahora que la eternidad es nueva para mi, ya no hay secretos, sin embargo tengo que aprender a ver todo con nuevos ojos.

Me miro nuevamente, veo mis mismos rasgos, ahora diferentes, pétreos para la inmortalidad, pero a la vez con un aire de encanto que no puedo describir. Veo mi cabello caer largo y lacio con ese color verdadero debajo del color que todos ven; veo mis ojos, con ese color deslavado que siempre los atraía pero que no saben definir y veo mi piel ahora un toque más blanco con un fondant más profundo.

También veo mi boca: aún salpicada la piel blanca alrededor de ella de ese rojo lleno de vida, pero las manchas no son por fuera, si no entre la piel profunda y esa capa blanco translúcido que ahora es la capa exterior.

Esas manchas indican que aún no he aprendido lo indispensable para no ser notada, aún queda el rastro; sin embargo en estos tiempos la mayoría de las personas son como zombies que van a trabajar, son los autómatas casi perfectos que no se dan cuenta de que he muerto y vuelto a nacer de un momento para otro.

En estos días la intuición ya no existe, el instinto y los sentidos quedan sepultados bajo los trajes de Casimir barato, bajo las jornadas de trabajo, bajo la blackberry intelectual. Esto ahora es una gran ventaja, sienten miedo, pero no saben de qué, no saben de quién, se tienen miedo a si mismos, no se conocen, menos me conocen a mi.

Aún es muy nuevo para mí, aún tengo que aprenderlo todo, pero el instinto ha despertado. Hoy vi a un diablo disfrazado de ángel sentado en una barda, pero ancima tenía aún otro disfraz: una linda muchacha que te sonríe al pasar.

La tentación ahora tiene muchas formas, una es ella, otra tal vez yo... El infierno apenas comienza.