lunes, 15 de diciembre de 2014

Al borde del precipicio

Love's the funeral of hearts and an ode to cruelty when angels cry blod on flowers of evyl in bloom No se ni como empezar. Tal vez por lo que terminó mis 7 meses de etérea felicidad. Ahí estuvo el comienzo del fin. Después de que esa horrible sacudida pasó, pensé que todo había mejorado y que las cosas habían regresado a la normalidad. Nada más lejos de la realidad. En este tiempo he encontrado mensajes en el celular, que me gritan que es una mentira a lo que yo me aferro. Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y yo no he querido ver en estos 4 años. Eso es sólo lo que he podido ver, facebook también me grita otras cosas. El argumento de: pero seguimos juntos, aunque de aquel lado las cosas no son reales, no existen. Es mi escape. ¿De quién o de qué necesitas escapar? Hace poco entendí que es cierto, las atenciones, cariños, mensajitos lindos que deja en otro lado no pueden ser reales y no lo son, porque yo nunca los he tenido y porque él no puede dar algo que no vive dentro de su persona: no puede ser cariñoso, lindo, atento, caballero ni conmigo ni con nadie, porque es algo que no puede ni quiere dar. Simplemente no existe en él. Ha sido mucho tiempo, y han habido momentos lindos, pero también he bajado hasta las puertas del infierno y tenido que regresar yo sola, porque no hay quién vaya por mi hasta ese recóndito lugar que es darse cuenta de la realidad aplastante que tienes frente a ti, que te golpea la cara con toda su existencia, pero que tu, por dolor, por miedo, por ese temor interno que te paraliza, no quieres voltear a ver en toda su magnitud. Esas bajadas al infierno me deberían estar haciendo más fuerte, deberían fortalecerme para poder bajarme de un barco que no va a Ítaca, porque lo que me ofrecieron no existe. Me siento engañada y me da tristeza no tener el valor suficiente para poder bajarme del barco que va a ningún lado. Se que tengo que tomar valor para cortar esta situación, que debo sacar fuerzas de flaqueza, que tengo que poner en perspectiva que al comienzo estaré mal, muy mal, pero que con el tiempo las heridas sanarán y volveré a ser yo. Es tan fácil decirlo y tan difícil hacerlo. No creo merecer el trato que estoy recibiendo, eso que no es violencia, ni física ni emocional, que no es cariño, pero tampoco es atención, eso que es lo más parecido a cohabitar con alguien, sin ser nada profundo el uno del otro. No se si lo peor aún esté por venir, o bien, ya estoy en el fondo y lo que me queda sólo es empezar a salir a la superficie nuevamente.