sábado, 25 de septiembre de 2021

Volver a lo que no fue ni será

Hoy volví a soñar contigo, eras como  la última vez que te vi. Hay una palabra que te define, pero me gusta pensar que éramos un proceso de construcción y que en algún punto algo pasó y al final no se terminó. Hoy me tocabas, me abrazabas y besabas y lo primero que regresó a mi fue esa sensación de calidez y el querer decirte: no sabes cuánto tiempo esperé este momento, una eternidad. El impulso de despertar fue más fuerte y ahí terminó el sueño: dónde todo se había quedado esa vez, hace ya mucho tiempo.

viernes, 9 de julio de 2021

Lo que no fue

Vienes en el último sueño antes de despertar. Debe ser porque vi tu cara en una publicación de FB. Estabas ahí con un gatito recargado en ti y vinieron muchas cosas, tantas. Recordar que fuiste mi primer beso, aunque tú no lo sabías, recordar ese trato con tanto cariño y con tacto tembloroso, no por no saber lo que hacías, sino porque supongo, hubo emoción en el momento. Vino recordar que me dijeran que presionara, pero no quise, porque fue solo un momento, nuestro momento. Y fue solo un poquito más allá de la amistad, porque el siguiente paso, al  menos yo, aún no estaba lista para darlo. Fue recordar lo que pudo ser cuando varios años después Sergio me contó como te veían ellos, así casual y minimizada la situación donde yo pude tenerte con solo una palabra. Y verte ahí, casi igual a como te recordaba me hizo pensar en lo que F me dijo de mi relación: es un poeta. Y entonces todo llegó de golpe, porque contigo pude ser yo la señora de la casa, con viajes por el país, muestras de afecto sin aburrimiento. Pero también está el otro lado: pude ser la que no creció, la que se quedó con lo que le dijeron y la que ahora mira para allá con cariño y tal vez con nostalgia, pero no con envidia. Hay cosas que ella tiene de ti y que si quisiera tener, pero tal vez no en este momento. 
Quiero todo. Y si algo he aprendido con estos años, desde ese beso en el auto, es que la única persona que me lo puede dar, soy yo misma.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Wiederholen

Hoy el vampiro vino de nuevo a mi, está vez era una mezcla entre lo que eras, quien se fue y lo que ahora eres. 

Yo no ponía resistencia, no me espantaba, secretamente me regodeaba de felicidad, pero no de la que te ahoga, sino de la que te da paz y plenitud.

Tener la certeza de pertenecerle no hacía otra cosa más que reforzar mi existencia y querer que las cosas fueran así.

En un momento yo lo decía claramente: no sé si sea porque es vampiro, pero lo amo tanto que sin duda moriría por él.

Era una relación para la eternidad, pero también era algo para el mundo presente y terrenal. Hay una acción de cariño y pertenencia también de él hacia mi que combate uno de mis temores más profundos. Y una declaración sería de lo que éramos, explicado de la manera más simple al resto.

Aún así su ausencia se sentía dolorosa, como estar incompleto y sabiendo que el otro, aún sin estar presente, existe y es un imán que irremediablemente atrae.