lunes, 7 de diciembre de 2015

Explosión de colores

Hoy al ir a comprar un dulce a la tienda había un viejito con una canasta en el piso. El viejito un poco encorvado.

Es cuando brinca en mi esa onda comunista, como le dicen. Esa que cree en lo que don V una vez dijo: otro mundo es posible. Esa donde en lugar de comprar un gansito o un chicle es más importante ayudar cuando se pueda. Le dije a M: en lugar de comprar acá ahorita que salga el viejito le compramos un arroz con leche.

Salimos detrás de el y le preguntó: ¿a cómo son? Y dice que a 13. Le pedimos 2, pero no tiene cambio. Entonces también M tiene su vena comunista, aunque lo niegue y pide 3. Y entonces ese otro mundo no sólo es posible, sino total y absolutamente real.  Ese mundo dura lo que te tardas en comprar un arroz con leche a un viejito, dura un parpadeo.

La esperanza, la lucha, es porque un día no dure un instante, sino que se expanda tanto que lo abarque todo. Hasta el punto en el que la vida vuelva a tener colores.

Tomamos 3 vasitos de arroz con leche de la canasta y el viejito nos dice: ese es de premio, ese es de premio porque me compraron más. Yo no lo veo, pero uno de ellos es más grande que los otros 2. Y entonces ya somos 3 en un momento en el que el tiempo se detiene y se abren los colores.

Intento devolverlo a la canasta. Pero me dice: así déjelo, así déjelo. En ese momento dar gracias no es suficiente. Y la felicidad, tristeza y enojo se mezclan desbordándose, gritando lo que es real.

Y entonces haber venido hasta acá ha válido la pena.


martes, 24 de noviembre de 2015

Valorar

Hay momentos en los que no queda más que seguir adelante. Incluso si en el camino se queda una parte de nosotros. ¿Qué me define? ¿Mis acciones? ¿Mi físico? ¿Tal vez mis ideas?

Según yo, debe haber algo más trascendental, algo así como la esencia que alcanza a llegar a la vejez y que debería terminar, al final del día, con todos los achaques físicos, mentales y emocionales dejados de lado, presentes pero no importantes.

Cuando una parte de ti mismo se queda en el viaje no puedes quedarte eternamente a luchar por recuperarla, es necesario darse cuenta de que se ha ido.

Esto tal vez, es lo que llaman madurar. Más bien considero que si se quiere ser feliz debe intentarse a toda costa, incluso con los trocitos o trozotes abandonados en el camino.

Que ya no eres tú de la misma forma, si eso es seguro. Pero ahora eres una nueva versión de ti mismo. Y creo que de cada uno depende si esa nueva versión es mejor o peor de lo que antes era.
Al final del día es como Rafa me decía: hay que divertirse.

jueves, 15 de octubre de 2015

Profundidad

Aún hoy, toda una vida después: estás en lo más profundo, en donde aún nadie ha osado entrar. Estás en mi corazón.

lunes, 30 de marzo de 2015

Explosión

De cuando te cambian la jugada y no conoces el nuevo juego.

De cuando vives bajo el agua y te ahogas, pero no quieres salir a la superficie.

Sólo hace falta una explosión que colpase mi mundo. Y entonces intentaré sobrevivir y seguir adelante.

Me reconozco cobarde.