domingo, 17 de julio de 2016

Descubrir

Esta semana el pensamiento me tomó por sorpresa: ¿y si lo que yo he comprado y creído todo este tiempo de ti, no es lo que realmente eres?

Cada uno de nosotros es un libro, sólo es conocido uno que otro pasaje y el resto permanece oculto. Hasta ahora has sido el rey del disfraz: sonrisa y pose, burla, sarcasmo e inteligencia, pero sólo lo justo. ¿Quién ha llegado a conocerte sin la máscara?

Yo temo conocer la respuesta: no es que no puedas, es que no quieres. Nadie hasta el momento ha podido llegar a tu corazón de manera sencilla y directa, sin falsas promesas, sin buscar herir antes de ser herido, porque no lo has dejado.

Hoy vi una frase en redes sociales: quién es más inteligente e interesante se inclina por una perfecta soledad. Creo que justo es lo contrario, la inclinación natural es hacia la selectividad, no hacía la soledad.

Con el tiempo te das cuenta de que no es sencillo poder abrirse al mundo, entonces guardas aquello que atesoras para ser visto sólo por aquellos que realmente intentan y quieren llegar a la última página.

El problema principal es que no todos están dispuestos a intentar. Al menos no hoy en día, cuando la tendencia es mirarme a mi mismo antes que a alguien más.

Regreso a usted, monsieur: perfecta caja de sorpresas aún por descubrir, ni una vida completa dará para todo lo que quiero conocer de tí.

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