Hoy te soñé. Volvías después de tiempo fuera, como esté de la realidad donde ya no estás. Llegabas al caos que implica organizar una reunión con todos y que yo esté intentando hablar. Fui la primera y tu ex jefe era el segundo en tener la palabra. Pero comenzó a llover y tuvimos que suspender. Ya todos habían votado. Tomabas mi mano y no la soltabas, a pesar de que muchos veían, a pesar de que sigue en mi vida. Ahora sí te habías decidido y actuabas en consecuencia: no importa lo que piensen o digan los demás, somos como los otros. Yo solo escuchaba todo lo que me decías y sentía la calidez de tu mano y el firme agarre que tenías de mi. Parecía que ahora todo iba a estar bien.
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