miércoles, 13 de mayo de 2009

Dejà vu

Dejà vu. Experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. (Fuente: es.wikipedia.org)

Pero el mio, una vez abriendo los ojos, no fue una experiencia sólo de sentir, el mio al ser comprendido en su magnitud, revela información un poco alentadora, un poco estremecedora. No es que yo quiera interpretarlo así, es que yo debo interpretarlo así.

Yo vivo en este universo, en esta cuidad, con esta gente. Pero de alguna manera, hay otra yo viviendo en otro universo, en otra cuidad, con otra gente. La diferencia es enorme, pero la escencia es la misma, soy yo a través del tiempo y del espacio. No las mismas vivencias, pero si la misma alma, esto no sucede sólo en un universo paralelo, si no más bien en varios: uniendolos son como un mosaico completo. En esos universos que parecen paralelos las vidas son diferentes, pero hacia el final convergen hacia lo que soy yo, conforman un todo.

Estaba sentada frente a la computadora, escribiendo cuando de pronto algo pasó, estaba pasando o pasaría en uno de esos universos paralelos. La onda de choque llegó ese viernes a la una de la tarde. La sensación es terrible: de pronto todo es visto como en cámara lenta, el monitor de la computadora, la ventana emergente del navegador, el teclado, la ventana abierta y la luz que por ella entra, las otras personas dentro de la habitación. El mundo parece detener su giro en esos instantes, es algo que pasa en segundos, pero que parece durar eternidades, de pronto se pierden las sensaciones de tiempo y espacio, no hay nada, se flota en el vacío.

Una vez pasado el primer impacto que descontrola, llega ese dolor en el estomago que altera los sentidos, que golpea la mente y el corazón con tanta fuerza que las manos comienzan a temblar, las pupilas se dilatan y la respiración se entrecorta. La sensación se queda, no desaparece, la mente intenta entender lo que el corazón y los sentidos tratan de decir, pero no lo logra. La lógica inmediatamente remite a la familia, amigos, conocidos... Se comienza la búsqueda, pero nada, no ha pasado nada.

La sensación de alivio no llega, el sentimiento se quedará el resto de la tarde, poco a poco se ira difuminando... El significado de lo que ha pasado llegara tiempo después y entonces sólo se ruega para que en ese otro universo paralelo el otro trozo de mi este bien y lo que haya pasado se termine. Debió ser algo grande, como para que llegara hasta este universo parte del impacto recibido...

viernes, 8 de mayo de 2009

Crushing my heart

Lo he pensado muy poco, casi no quiero, pero tengo que considerarlo. Sólo de imaginarlo, me entran la tristeza y las ganas de llorar. Dime, si en este momento te vas, ¿qué será de mi?

Si en este momento tu existencia terminara, si en este momento, de la nada, tu vida llegara a su fin y yo no pudiera irme contigo, si por más que suplicara que me llevaras fuese imposible, si por más que yo quisiera seguirte no pudiera, creeme: mi alma se iría contigo porque es tuya. Aquí sólo se quedaría el cuerpo, con vida pero inerte, una muñeca de trapo sin voluntad y sin corazón. Se queda un cuerpo con pensamientos, pero sin sentimientos. Lo que me une a tí es tan grande que ni la muerte puede separarnos.

Esta muerta en vida sólo esperaría pacientemente el momento de su fin, ya no importaría, es sólo un tramite, porque lo más importante se ha ido contigo. Sólo los recuerdos guardados como fotografías dentro del pensamiento llegarán después, para completarnos en donde nos encontremos. Una vez completo el rompecabezas, será como si nada hubíera sucedido, será como leve trago amargo que hubo que pasar para llegar a la perfección contigo.

Si yo me fuera primero...


martes, 5 de mayo de 2009

Como lo he imaginado

Platicando el otro día con un amigo yo le decía: ya me voy, tengo sueño y ya es tarde, tengo que dormir. Él me contestó: espera apenas es media noche, tu carruaje no se va a convertir en calabaza y no pasara nada si te quedas otro rato, además...

Con ese además y la pausa siguiente, sabía muy bien que me tenía en suspenso para que yo preguntara: ¿además, qué? Obviamente si pregunte y la respuesta me dejo con más curiosidad: además, es la hora en que salen los vampiros.

No debió mencionarlo, yo cual niña curiosa ya estaba brincando de la emoción para que me contara un cuento sobre vampiros, pero hasta el momento siempre resulta mucho más astuto que yo y me volteó la historia: como es la hora en la que salen los vampiros, debes esperar a que el tuyo vaya por ti.

Yo comencé a interrogar: ¿a qué hora llegará?, ¿cómo es? ¿y si me duermo, llegará? Él me respondió: eso no importa, no importa la hora, lo que importa es que ira por tí. Yo hasta ese momento aún no había entendido muy bien por donde iba la historia, pero después de esto, hizo un comentario que me puso a pensar: cómo llegará, cómo será, qué pasará, eso sólo tu lo sabes, sólo tu lo has imaginado.

Me dejo pensando por un momento: en mi mente no he imaginado aún nada al respecto. Mi mente ha sido tatuada con otro encuentro, no se si mejor, pero más sencillo, simplón, común y corriente para todos, menos para nosotros. Este otro altera dos mundos de una manera dramática pero no violenta: hay un antes y un después tan natural, pero tan escencial que ya no hay marcha atrás, es como cuando 2 piezas del rompecabezas encajan y te preguntas, cómo es que se pudo vivir antes con un faltante tan enorme.

Este encuentro si se lo pude platicar porque si lo he vislumbrado aunque no con lujo de detalles, aún es muy mío como para compartirlo con alguien, es algo que tiene relativamente poco tiempo en mi cine mental, en mi flujo de ideas. Al final, terminé contando yo mi historia así que le apunte en la libreta que me debía un cuento.

El asunto, no problema, es que ahora gracias a mi amigo tengo otra tarea mental por realizar: imaginar y detallar el encuentro con mi vampiro. Cuando por fin pude despedirme y terminar la plática eran las 2 am, pero no lo siento como desperdicio de tiempo ni como fantasía o chisme, lo siento como un ejercicio mental estimulante.