sábado, 21 de enero de 2017

Mar

Esta vez miramos el mar y su inmensidad desde lo alto. Desde ese lugar en el que has elegido para tatuar un nuevo recuerdo. Estamos viendo el atardecer de un día tranquilo. Esta esa cena ligera de pescado en alguna salsa delicada. Esa copa de vino blanco espumoso y frío.

Sobre todo estás tú con tu presencia: lo llenas todo con tu sonrisa y tus ojos, que pueden ver a detalle tanto la profundidad del mar como la de mi alma. 

El cielo con tintes anaranjados y rojizos por la puesta de sol, va dando paso a otro de un azul profundo, intenso y estrellado.

Me siento tan feliz, tranquila y plena, que es un momento perfecto. El aire revuelve mi cabello y volteo a verte, sólo tu presencia sirve para que el atardecer, el mar, el viento y el olor a mar pasen a segundo plano.

Es una realidad que dura lo que tiene que durar: una puesta de sol, un abrazo, el viento soplando a la orilla del mar... lo que dura un sueño justo antes de despertar.




jueves, 19 de enero de 2017

Prisión

Hay reos que cuentan los días, hacen marcas en la pared, para saber de alguna manera que un día es distinto al otro.

Yo aún me niego a pesar que estoy en una cárcel, aunque los hechos dicen lo contrario, aunque mi realidad sea distinta a lo que mi fantasía alguna vez fue.

Se supone que debo resignarme, pero hay una fuerza dentro de mi que dice que no debo aceptar las cosas como son e intentar la libertad, aún a costa de abandonar un viaje que parecía prometedor.

También se supone que hay un mejor futuro esperando a que yo salte y me aferre a él. Lo más importante y difícil es: ¿cómo ir del abstracto donde lo pienso al concreto donde lo hago, sin morir intentando?

Vejez

Aún no se pierde funcionalidad, pero hay varias cosas que no tienen vuelta atrás. Aún se puede decir que hay juventud, pero ya hay cambios y cosas que pesan. No es sólo físico, también es emocional y mental y eso afecta aún más.

Exactamente no te das cuenta de cuando sucede, porque es algo que va destiñiendo con la lavada. Lo que si puedes ver es a aquellos que se niegan a envejecer y que en el intento son apabullados por la vida, por los anhelos y por lo que pierden en el camino. No siempre se puede ganar, en esta carrera al menos no. Se supone que debe crecer la ingeligencia, la sabiduría y otras cosas. La verdad es que no siempre sucede así. 

En un parpadeo han pasado 10 años, se han ido muchas cosas, lugares y personas, también han llegado otros: el cambio constante de la vida. 

Mi negación tiene que ver con no aceptar lo que la sociedad impone, con lo que se supone que debo tener y hacer a esta edad. Justo ahí está mi punto de rebeldía, justo ahí es donde no envejezco. Físicamente puede que haya cambios, pero emocionalmente hay una parte que se niega a perderse en el tiempo. Esa pequeña partecita es lo que me mantendrá joven, ya no en apariencia, si no en el alma: es seguir buscándote a través del tiempo y la distancia.