jueves, 19 de septiembre de 2019

Sonreir

Hoy conocí al amor de mi vida. ¿Cómo y dónde? En un sueño.
Pero cuando le enseñé mi dedo lastimado que yo misma limpié y cosi con 2 puntadas, sonrió, se sonrojó un poco y quiso, primero en broma, quitar los puntos con una tijera oxidada y cuando le dije que no, con una sonrisa en el rostro, entonces quiso besarlo.
Después se recostó en el suelo para utilizar el mismo material de curación que le señalé que yo usé, en su perro, que tenía una herida no muy seria ni profunda en la pierna, y comenzó a limpiarlo. Me recosté en el suelo al otro lado del perro para ayudarle a sostenerlo y calmarlo, hablándole susvemente. Él sonrió por lo que dije y pude ver el sonrojo que llegaba hasta el cuello. Y mientras trabajaba, observé su rostro, sus labios, sus facciones, su nariz, su cabello largo perfecto, su voz aterciopelada y masculina, y sobre todo su esplendor al acompañar su sonrisa en el rostro con sus ojos expresivos, donde vi amor por su mascota, por la vida y por mi.
Por mi mente sólo pasó el pensamiento de que él es mi destino y que no debía seguir oponiendo resistencia como hasta ahora lo había hecho. Tomaba la decisión de dejar de evitarlo y sucumbir ante él.
Es lo maravilloso del país de los sueños: me lo ha regalado, a él, sólo para mí.
Al despertar, pude darme cuenta de que estaba sonriendo como una tonta.

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